jueves, 18 de febrero de 2010

Juegos Clásicos: 9. Pokémon Rojo y Azul



Volvemos a hablar de juegos clásicos, o no tan clásicos, pero que me han gustado a mi, que soy el que manda aquí. Hoy presentamos: Pokémon Rojo y Azul.

Allá por el final de los 90, llegó a España, con un par de años de retraso con respecto a Japón, el primer juego de la saga Pokémon, o juegos, porque eran dos: Pokémon Rojo y Azul. En realidad eran el mismo juego, con pequeñitas diferencias, que mencionamos luego. Salió para la Game Boy original, la que estaba en blanco y negro, siendo uno de los mejores juegos para la primera versión de la portátil de Nintendo.



Yo no tenía demasiado interés en los Pokémon. Sin embargo, tenía una guía de entrenador, de estas que hace Nintendo Acción, pero que venía completa en forma de libro muy interesante. En ella, a parte de la guía del juego, venían las fichas de todos los Pokémon, la forma de consegurilos todos, consejos para entrenarlos y montones de cosas. Evidenciaba que el juego presentaba un interés estratégico, de exploración y de recolección más allá de las mierdecillas que salían para Game Boy.

Empecé a jugar a Pokémon Rojo en el emulador de mi PC. Me envicié bastante rápido. Elegí un Squirtle como Pokémon inicial, básicamente porque erá más bonico que los otros dos y comencé la aventura. Siempre me han gustado los juegos de rol, ir viajando por lugares llenos de monstruos y llegar a una ciudad en la que descansar tranquilamente, pudiendo charlar con los estúpidos habitantes del lugar. En Pokémon, además de esto, podía entretenerme en cazar a todas las bestias que rondaban por los bosques cercanos a cada zona. Gracias a la guia que tenía, podía saber cuales eran los que me faltaban de cada emplazamiento e insistir hasta tenerlos todos. Normalmente no tengo mucho interés en el uso de guías, pero en este caso mejoraba el juego, sobre todo teniendo en cuenta que este, en sí, era sencillo de superar.

Pronto me compré el juego, única manera de conseguir todos los bichos. Tenía interés en comprarme el azul, que era el que traía a Blastoise en la portada, máxima evolución de la tortuguita que había seleccionado como lider de mi equipo. Pero solo quedaba Pokémon Rojo en la tienda, que fue el que finalmente me compré, con el inútil de Charizard en la portada. Mi hermano se compró la versión azul, con le que pudimos, ambos, tener los 150 monstruitos que había. La principal diferencia entre los dos juegos era una serie de Pokémon exclusivos que cada uno presentaba. Al final, a él le pasaron un Mew, imposible de encontrar en las versiones occidentales, que pasó por mis manos durante unos segundos, completando mi Pokédex.

Es una pena que Nintendo no acceda a crear una versión de Pokémon para consola de sobremesa con las mismas características de los juegos de portátiles, pero mejorada con las posibilidades de consolas mucho mayores. Los títulos para Game Boy, Advance y DS han tenido tanto éxito que no hace falta arriesgarse más. Pero si que han sacado otros productos interesantes como los Pokémon Stadium de Nintendo 64.

Con Game Boy pudimos echar la primera versión de partidas en red, gracias al cable que permitía unir dos consolas. Con él se podía intercambiar Pokémon o disputar batallas al completo. Con Pokémon Stadium, esta batallas pasaron a ser tridimensionales, con ataques espectaculares y un narrador estilo Oliver y Benji.



Mi equipo por aquel entonces estaba formado por Blastoise, Raichu, Mewtwo, Articuno, Venusaur y Alakazam. Con la llegada de las versiones Oro y Plata, pasaría a tener un equipo de 12 Pokémon de nivel 100, pero eso es una historia para otro día.

No hay comentarios:


Todos los derechos reservados.
Página Principal: Tobas
Mail de contacto: tobasj@gmail.com